Cristian Díaz -más conocido como Killua 97-, representa el sueño de miles de jóvenes: ser trapero. Aquí, el cantante que suma millones de reproducciones, que acaba de firmar con uno de los sellos más reconocidos de música urbana cuenta el camino que está trazando para convertirse en una estrella. También, habla de su fanatismo por Cazador X, de la muerte de su madre y de su esencia musical nacida en La Pintana, la que está lejos de los clichés de un gangsta pistolero y que expresa cómo en las poblas también se cuentan historias de amor.

Por Sebastián Palma, desde Santiago

“La mente en el air, mi cuerpo aquí en La Pintana. Haciendo de todo para tener un mejor mañana”. Dice Killua 97 en la canción Wondaboi en uno de sus EP titulado Ballin. En la carátula del disco se ve la cara de un niño bueno, sonriente y feliz. En sus manos sostiene algo que a simple vista podría parecer un blunt, pero no, es un trozo de pizza mascado.

La imagen es simple pero poderosa, Killua un trapero en ascenso, que comenzó haciendo música en La Pintana representa eso: transmitir la felicidad que da disfrutar de las cosas sencillas. La música de Killua es trap, su flow es similar al de las estrellas que suenan en los audífonos de la mayoría de los jóvenes en Chile. Sin embargo, en sus letras hay particularidades.

Killua cuenta historias de amor, sin ostentar marginalidad ni basar sus temáticas en los clichés o prejuicios de armas, drogas y delitos en los que se encasilla a los artistas urbanos provenientes de zonas marginales.

Eso no quiere decir que su vida sea fácil, varios de sus amigos del barrio se fueron metiendo en las drogas y la delincuencia, uno de sus familiares falleció en el incendio de la cárcel de San Miguel y su madre, murió arrollada por un vehículo municipal cuando intentaba cruzar la avenida Santa Rosa.

Pese a sus dolores, Killua no se rompe. Dice que prefiere ver el vaso medio lleno y no canalizar sus penas en odio. De hecho, afirma que su mayor virtud o don es contener y aconsejar a las personas cuando están tristes. El nombre que eligió en su Instagram, El Reparador de Corazones, busca destacar esa virtud.

– ¿De qué parte de La Pintana eres?
– Soy nacido y criado en La Pintana, de la población Ignacio Carrera Pinto. Fueron 23 años de crianza y de formación como ser humano en mi comuna natal. Eso sí me cambié hace como tres meses más o menos para Ñuñoa para estar más cerca de los productores y tener un estudio donde grabar los temas.

– ¿Y cómo fue tu crecer ahí?
– Mi infancia como mi adolescencia fue hermosa. Estar en La Pintana, conocer gente preciosa que mantengo hasta el día de hoy. Conocer distintas facetas de cada uno, saber que en La Pintana hay caleta de cabros que tienen caleta de talento y tienen caleta de sueños, pero que por uno u otro motivo se dedican a otra cosa. Pero ahora veo otra cosa, caleta de cabros haciendo sus temas o freestyleando.

– Da la sensación de que ahora todos los cabros se quieren dedicar a la música.
– Sí, mi hermano, cuando yo era chico mis amigos de mi pasaje querían andar choreando, reventando camiones, o jugar a la pelota. Eran las únicas dos cosas que escuchaba. Ahora ya no.

– Así partiste tú, ¿no?
– Yo grabé mi primer tema como a los doce años en un estudio súper casero con cosas que podía pillar en la feria y un tarro de PC. Así le di hasta que por el 2018 conocí a mis dos productores. Entre los tres fuimos forjando el camino. Yo grabando temas como por unos ocho meses, temas que no han salido, temas que quizás nunca vean la luz, pero fue como un tiempo de entrenamiento, de acostumbrarme al micrófono, de agarrar actitud, de acostumbrarme al autotune. Ya en el 2019 saqué mi primer EP. Ahí empezó mi carrera musical más o menos seria.

EXPERIENCIAS

–Tú representas el camino de cumplir un sueño, pero me imagino que te tocó ver cercanos que no tuvieron la misma suerte, ¿no?
–Sí, tengo un amigo que era del pasaje donde vivía yo, que está re metido en la delincuencia y en las drogas. He visto cabros que eran buenos pa la pelota y se perdieron en el carrete. Cabros que eran re inteligentes y que podían haber sacado una carrera fácilmente y no lo hicieron por lo mismo, cachai, por las drogas. Yo tengo una experiencia re cercana. Tengo un primo mío que falleció en el incendio de la cárcel de San Miguel. Es uno de mis angelitos que me acompaña. No era mala gente ni nada, hermano, era una persona linda.

– ¿Eso te marcó en el sentido musical?
– Caleta, hermano. Todas las experiencias que he tenido de perder personas me han marcado en mi línea musical porque es puro dolor. Pero acordarse de compañeros que han caído también es un motor. Es un motor para poder alcanzar mis sueños y cambiar la realidad de mi casa. Igual, ahora yo estoy en una muy buena etapa, pero el sueño siempre ha sido tener bien a toda mi gente.

– Tú también sufriste el fallecimiento de tu mamá…
– Sí, mi hermano. Fue un mes después de haber sacado mi primer EP. Estaba orgullosa, fue el momento en el que ella me la dio poh (aprobó).

– ¿Y qué le pasó a tu mamá? Si me puedes y quieres contar.
– A mi mami la atropelló una camioneta de la muni. La camioneta no sé por qué iba por la vía de las micros que está en Santa Rosa. Justo ahí hay una cruzada. Pasó rajado en la camioneta el loco. Mi mamá alcanzó a reaccionar, porque la que iba a recibir el choque iba a ser mi hermana, y mi mamá pescó y la tiró lejos con toda la fuerza del mundo y recibió ella el choque. Aguantó hasta más o menos las una de la madrugada y falleció.

– ¿Y a tu hermana no le pasó nada?
– Bueno, mi hermana hasta el día de hoy tiene estrés post traumático; sufre las secuelas de la caída porque cayó con una rodilla en el piso, tuvo rotura de ligamentos y tiene dolores en la rodilla brígidos.

– Dices que antes de su muerte, tu madre comentó tu EP. ¿Qué te dijo?
– Me dijo que siempre había confiado en mí, que diera todo mi 100%, porque ella siempre supo que la música era lo que me gustaba y que no me rindiera, aunque muchas veces me hayan cerrado las puertas y todo, eso no iba a significar que no me iba a ir bien.

– Igual me llama la atención con tus vivencias que tu música no se expresa desde el odio, si no que desde el amor.
– Definitivamente. El hecho de que uno haga música te da un poder comunicativo terrible grande. Prefiero ser la raya de la suma, ayudar a las personas aunque sea indirectamente, la gente al escuchar tus canciones y ver un mensaje de amor y positivo, y quizás escuchar un consejo o una experiencia, se sienten identificados. Y mucha gente busca refugio en la música y de repente en la música encuentran esa palabra que nunca nadie les dio para seguir adelante.

– Por eso te defines como “El reparador de corazones” en Instagram. ¿Qué significa esa premisa?
– Es mi forma de relacionarme con las personas. Por alguna extraña razón siempre con la gente que he estado conociendo a lo largo de la vida les inspiro una confianza brígida y me cuentan cosas que no a cualquiera les contarían. Por alguna razón creo que siempre tengo esa palabra quizás para alivianarles el pesar que sea. A mí no me importa, si es que estoy bien o mal. Si tengo que ayudar a una persona a sobrellevar su dolor, lo voy a hacer. Porque a mí en algún momento me hubiese gustado tener a esa persona pa’ poder desahogarme.

ENTRENAMIENTO. El joven Killua 97 se preparó en un estudio de grabación casero para grabar su primer EP.

– Bueno, esa premisa parece conectar. Hoy tienes millones de reproducciones en Spotify y colaboraste con Drefquila. ¿Te hubieses imaginado hace dos o tres años?
– Siempre lo imaginé, y sabía que en algún momento iba a pasar, todo está pasando, pero no creí que fuera tan luego hermano.

– ¿Y cómo se dio eso?
– El Dref me habló al Instagram escuchando uno de mis temas, el más conocido, y nada, me felicitó, me dijo que le gustaba harto lo que estaba haciendo y que hiciéramos un tema. Y ahí pasaron los meses. Luego me empezó a invitar a su casa y me invitó a grabar ese video del tema en vivo.

– Buena la experiencia entonces.
– Buenísima hermano, puta, bacán porque conocí a su persona, ¿cachai? Yo con el tiempo escuchándolo y todo, porque yo en un principio fui súper fanático del Dref.

– Tú acabas de firmar con un sello, además.
– Es una distribuidora hermano, que se llama Altafonte. Es de origen español y nada, están siempre fuertes acá en Chile y tienen harta gente importante firmando bajo su ala. Altafonte tiene su ala también que se llama La Vendicion Records. La Vendicion Records acá en Chile ha marcado caleta de historia, porque fueron los primeros en firmar a un artista de trap de los que empezaron. Ellos firmaron a Pablo Chill-e en un principio.

– ¿Y por qué Killua? Me imagino que por Cazador X.
– Sí. A mí lo que me gusta del personaje es que él venía de una familia súper dura y muy privilegiada, pero él no estaba feliz. Y él al conocer a Gon empezó a entender lo que era quizás el amor de verdad hacia un amigo, o el amor de verdad hacia las personas, el ser bondadoso quizás, y empezó a entender esas cosas humanas que su entorno nunca le dio poh. Eso fue lo que me gustó del personaje.

TRAP. Los golpes de la vida han sido una gran influencia en su carrera.

 

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