Beyonce Newman, el tarotista que se convirtió en transformista Bush in Action septiembre 25, 2019 Crónicas, Economía y Negocios Turbios, Reportajes 4532 En la mesa de centro de su casa tiene unas cartas viejas de tarot y un pañuelo, preparándose para hacer oraciones frente a dos velas con el fin de bloquear los hechizos que le hicieron a una clienta. Días antes, en un papel totalmente distinto, animó vestido de mujer la fiesta de cumpleaños de una vieja amiga. Todo esto, frente a la mirada atónita de una treintena de cincuentones del barrio alto de Iquique, quienes no tenían idea de que transformistas estarían presentes en una fiesta como esa. Por Pamela Castillo, desde Iquique. Fotos de Johan Berna. Jonathan Galleguillos tiene 34 años, vive en la comuna de Alto Hospicio, en un departamento ubicado en unos condominios de “La Negra”, justo debajo de un cerro alumbrado por postes públicos que se pueden apreciar desde casi toda la comuna. Si buscamos el lugar en Google Maps, podremos ver que su casa se encuentra entre el límite de la ciudad y el desierto. Es el hijo mayor de tres hermanos. Es abiertamente gay y superficialmente, llama la atención por su notable obesidad, su personalidad extrovertida, y su modo avasallador para decir las cosas. Fue un niño tranquilo, asegura Luisa Saavedra, mamá de Jonathan. “Desde que tenía unos cinco o seis años, le regalábamos autos, camiones, pelotas y las botaba o las rompía. Siempre le gustó peinar o maquillar a sus primas. A mí siempre me ha arreglado el pelo. Él me arregla el pelo, me hace masaje en la cara”, agrega Saavedra. MAQUILLAJE. Jonathan Galleguillos demora varios minutos en transformarse en Beyonce Newman. Cuando Jonathan le contó sobre su sexualidad, su papá era de jugar mucho a la pelota con amigos y conocidos. Ella por su parte, ya sabía, pero estuvo esperando que él se lo dijera. Luego de eso, relata que decidió ser ella la que hablara con el papá y la abuela. -Preferí decirle yo, porque él vivía y moría en la cancha, entonces si los malintencionados le gritaban que ‘si tu cabro es hueco, tu cabro es maricón’ no lo tomaran de sorpresa- dice. – Después le dije a mi mamá: Me importa un pucho si los demás lo apoyan o no, porque me tiene a mí. Yo lo voy a apoyar siempreexpresa la mamá de Jonathan. “Soy gay pero no trans, yo no quiero ser mujer. Ser mujer es muy desgraciado, muy complicado ser mujer. Porque las mujeres tienen mucho que aguantar de la sociedad, todavía tienen un rol muy débil. No tengo la inquietud de ser mujer, me gusta ser hombre y me gusta ser gay”, dice Galleguillos. Es sábado 10 de agosto, 20:30 horas y en el comedor de una casa del sector sur de Iquique, Jonathan se maquilla. -Yo iba a la discoteque con mis primos y entre ellos, la “María Isadora Newman”. Empecé a ir en febrero del 2009 y el último fin de semana de ese mes, ya estaba arriba del escenario. Ese verano Jonathan estaba en la disco viendo como su primo, quien interpretó a María Isadora Newman, la transformista más destacada de Iquique, se preparaba para presentar uno de sus shows en el club “Crbro”. Fue ahí cuando Rubén Fernández, exdueño del local, al ver que le faltaban artistas, se le acerca y le propone actuar. “Todo empezó por una especie de juego, le propuse hacer un show por un día y él aceptó”, recuerda Fernández. Mientras Jonathan tomaba la decisión, podría haberse acordado de su niñez, quizás de esa curiosidad de vestirse de mujer o de los EN LA CASA. Desde pequeño que Jonathan lee el tarot. Su antiguo mazo de cartas es testigo del paso del tiempo en su vida. momentos en que pasó hurgueteando entre los fardos de ropa que llevaba su abuela a su casa. De las fajas, los sostenes o los zapatos de gran tamaño que se ponía para jugar. O quizás no. -Me dice: ‘quiero que me hagas un show’ y yo le dije ‘¿Estay loco?’ Y me respondió ‘¿qué nunca te has vestido de mujer en todo este tiempo?’ Y yo le dije: ‘Sí, pero es otra cosa’ recuerda Jonathan con voz fina. Alrededor de una hora duró la conversación entre el empresario, María Isadora Newman y Jonathan. Fernández ofreció hacer la ropa, prestarle pelucas y todo para esa actuación. -Ya, dije, total. Una experiencia más de vida. Esa fue la primera vez que se enfrentó al público vestido de mujer. Sin nombre, sin experiencia y de fondo la canción de Gloria Trevi “Y todos me miran”. “En la primera noche la gente quedó sorprendida al verlo. Porque lo que más llama la atención es su contextura física. A la gente le gustó, aplaudieron harto y fue bueno lo que hizo en ese momento”, recuerda el exdueño de la discoteque. *** -El nombre me lo puso Maria Isadora Newman- dice mientras se delinea los labios con un lápiz rojo. El día domingo, después de la improvisada actuación y luego de que le propusieran seguir actuando, surgió la pregunta de cómo se iba a llamar. Su prima María Isadora subía y bajaba la escalera, mientras pensaba y tiraba nombres al azar. RITO. Una de las canciones que le gustan a Jonathan es “Soy como quise ser” de Ana Gabriel, que lo representa plenamente. Luego de tanto movimiento, Newman se para y le dice: “¡Ya sé como te vay a llamar!” Saca un concierto en vivo de Beyoncé y se lo muestra: “Así te vas a llamar: Beyonce”. – Y yo le dije: ‘¿vo’ soy hueona? ¡como se te ocurre que me voy a llamar así!, ¡mira la guatona que soy!’ Y me dijo: ‘Por eso, porque cuando la gente te vea, tiene que decir que es patuda esa guatona culia, cómo se le ocurre llamarse Beyonce’. La primera vez que presentaron a Jonathan con ese nombre, el público de la Crbro le gritaba: ¡Patuá culia! ¡Como se te ocurre conchetumadre! Él, por otra parte, se dio cuenta que la provocación había resultado tal cual como la pensaron y que Beyonce Newman no había pasado inadvertida. *** Desde los 14 años lee el tarot y eso se nota en los colores desteñidos de las cartas que usa. Para Jonathan, en su vida, primero es el tarot y luego Beyonce Newman. -Tengo clientes desde hace 20 años- cuenta orgulloso. Sólo dos veces ha dejado de leerlo: a los 17 y a los 21 años. -Yo estaba muy pendejo, fueron decisiones tontas- se excusa, como si alguien estuviera juzgando sus decisiones. Llega su clienta, a quien llamaremos Camila, para proteger su identidad. Él se levanta y camina a la pequeña península que separa la cocina con su living. Ahí deja una vela negra y otra blanca que le entrega la invitada. “Leo el tarot y hago limpieza”, explica Jonathan. Le pasa una silla a su clienta para preparar el ritual. “Nosotros sentimos mucho cuando la gente está cargadísima, pero las cartas son más claras. Yo percibo a las personas como si fueran un fogón, cuando tienen algo fuerte y caliente”, asegura, mientras toma las velas y las comienza a pasar por todo el cuerpo de Camila, a unos 5 centímetros de distancia. Luego dice una oración larga que habla a Dios Padre, a Jesús y a una decena de santos, pidiendo bloquear y eliminar un hechizo que le hicieron a la clienta a causa de un triángulo amoroso. “Huid pues, marchaos de aquí, demonios enemigos, conjurados de los hombres en nombre de Jesucristo”, son las frases que se escuchan decir y repetir por Camila. RETRATO. Beyonce Newman obtuvo su nombre por su prima, la conocida María Isadora Newman. Camila: “Yo empecé a vomitar una cosa negra. Esa vez estaba tan mal que no había comido en una semana. Estaba flaquita. El Jonathan me hizo la limpieza y cuando terminó empecé a vomitar en una bolsa y mi cuñada la fue a botar lejos”. Jonathan: “Lo que tiene actualmente es una brujería que le hizo la ex mujer de la pareja que ella tenía y lo que va a pasar es que le devuelve”. Camila: “Quiere que yo desaparezca. Esa vez me chocaron estacionada… un gallo de la nada me hizo caer. Mira, mi cadena es de plata y ahora está negra: me la regaló él”. *** -¿Si alguna vez soñé con ser transformista? No, nunca. Solamente llegó y como llegó yo lo aproveché. ¿Si prefiero ser Beyonce o Tarotista? Prefiero todo, hay una canción que me identifica mucho que se llama: ‘Soy como quise ser’ de Ana Gabriel. Yo he hecho todo lo que he querido, jamás me he negado a hacer nada. Si he querido ser reina he sido reina, si he querido ser maraca soy maraca, si he querido ser conocida he sido conocida y así es mi vida, y no me interesa lo que los demás piensen, porque a mí nadie me da nada- dice Beyonce, unos minutos después de ponerse un vestido rosado con una cola larga al estilo “Quiero mis quince”. -Voy a cantar una canción de Marisela- dice. Ahí entona con fuerza “Y voy a ser feliz”. -Ahí la gente queda loca y dice ‘oh, canta como mujer’. Después de eso, abre la puerta de la casa de su primo en Iquique, baja unas escaleras de cemento con unos zapatos bajos y camina orgullosa hacia el auto que la llevará al cumpleaños de su amiga. -Danka, vamos, apúrate. Hacer Comentario Cancelar Respuesta Su dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web