Comandante Ramiro: «El único veredicto que importa es el del pueblo» Bush in Action octubre 25, 2020 Crónicas, Investigaciones de Bush, Reportajes 7031 Entre el Chile al que llegó Mauricio Hernández Norambuena en agosto de 2019, extraditado después de estar preso más de una década en Brasil, al de hoy, este país es otro. El Comandante Ramiro, jefe militar y político del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) recibe en la cárcel los aires de una revuelta popular que, dice, hicieron florecer el idealismo que estaba opacado por el consumo. Por Antón Salinas, I. Araya y B. Saavedra Si no pasa nada antes, Mauricio Hernández Norambuena, el hombre que la historia recordará como Comandante Ramiro, pisará las calles de Santiago como una persona libre en 2045, a los 87 años. El mundo entonces será muy diferente de como era medio siglo atrás, cuando el jefe político del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), miraba esa capital desde los aires, colgado de una minúscula canasta que lo liberaba del cautiverio en la Cárcel de Alta Seguridad, en 1996. Y más diferente aún del Chile del 83, cuando las protestas contra la dictadura tomaban fuerza y el joven Mauricio entraba al Frente para terminar con Pinochet (participó en el atentado de 1986) y su régimen, quizás sin saber que en eso se le iba a ir la vida. Gran parte de los 16 años en la prisión brasileña, condenado por el secuestro del publicista Washington Olivetto, lo pasó en una celda de 2×3 metros con una hora diaria de contacto con el exterior. Cuando el ministro Mario Carroza le preguntó por la fuga, Ramiro no quiso ir más allá. “Entiende que eso no es parte de la extradición. Es entendible, él tiene derecho a guardar silencio. Tampoco manifiesta interés en hacerlo”, dijo Carroza después de la audiencia en la reapareció ante el país vistiendo un parco chaleco amarillo de imputado que cubría el buzo rojo con rayas blancas que llevaba ese día. Pero Ramiro, desde el nuevo encierro, sin los gastos que realizaba la familia para ir a Brasil y más posibilidades de visitas, ha visto matinales, reportajes, gente apretada en el metro: una “sociedad domesticada”, como la calificó. “Me dio harta tristeza ver un país tan domesticado”, dijo hace poco en una entrevista a Prensa Opal. Por eso, el 18 de octubre, para él como para muchos, fue como “una palmada en la cara”, una nueva realidad para el hombre que dedicó su vida a la lucha popular armada en las circunstancias más difíciles para ello. Conversó con esta revista contestando un cuestionario de diez preguntas que entregamos a su hermana Laura. Siete de éstas las respondió en una hoja de cuaderno con letras de un lápiz pasta extraídas de la mente de un hombre idolatrado y odiado, cuyo mayor sentimiento sigue siendo la libertad. – ¿Qué es lo que más le llama la atención del actual momento histórico? ¿Es la misma sociedad idealista de los ochenta? ¿Qué diferencias ve? – Creo que se ha explicitado el conflicto entre pueblo y élite desde el estallido social del 18 de octubre. La hegemonía ideológica de la élite ha sido puesta en cuestión, y se abre un escenario de disputa político ideológica que el proceso constituyente potenciará. El futuro está abierto y todos los futuros son posibles. El 18 de octubre ha hecho florecer el idealismo que estuvo opacado por el consumo en las últimas décadas. – ¿Por qué este fenómeno social no ocurrió terminando la dictadura, o en los 2000? – La maduración de las condiciones para el reventón social de octubre pasado requirió de tres décadas simplemente. Llevó ese tiempo para que se agotara la capacidad de la clase política para encauzar institucionalmente el conflicto clasista, y de esa forma demovilizar al pueblo y contenerlo. Sin duda que existen razones históricas para la “demora” de la irrupción social. La principal es la derrota global del ideario de izquierda con el derrumbe del campo socialista a fines de los años 80, y el triunfo rotundo de las ideas neoliberales. Es ese el contexto histórico adverso que el campo popular tiene que enfrentar. – ¿En qué cree que aportó su lucha al proceso histórico que se vive ahora? – El aporte de la lucha del FPMR, así como el de todas las luchas populares organizadas, tiene que ver fundamentalmente con el papel de referentes históricos, tanto en el plano objetivo de su existencia y también en las subjetividades que despierta. Lo que vemos hoy es la continuidad de la lucha popular como proceso histórico, es la memoria del pueblo que echa mano al acumulado de experiencia de todas sus luchas. – Su figura, pese a los años y generaciones que han pasado, sigue evocando reacciones a favor y en contra. ¿Cómo quiere pasar a la historia? – No tengo pretensiones de trascendencia. Como cualquier luchador social, el único veredicto que importa es el del pueblo. Mi lealtad y consecuencia con los intereses populares es lo que prevalecerá en mi historia. – ¿Qué le parecen las muestras de solidaridad que ha recibido de diversas personalidades por su inhumano estado carcelario y su libertad? – La solidaridad recibida reconforta con creces cualquier dificultad. Toda la fraternidad y apoyo que durante años ha llegado hasta mí como reconocimiento a mi historia militante, ha sido fundamental para resistir el encarcelamiento deshumano de las últimas décadas. – Usted indicó en una entrevista que el Partido Comunista abandonó la política de rebelión popular y unilateralmente negoció con la dictadura una opción de salida que no compartían, pero que su opción era persistir por el mismo camino y, que el FPMR ya tenía una diferenciación al PC. A más de 30 años, ¿qué piensa al respecto? ¿Fue la “transición” el mejor camino, o se debió seguir con la lucha? – Me parece que la historia se ha encargado de dirimir ese asunto. La ‘transacción’ como camino negociado a espaldas del pueblo, ha sido un rotundo fracaso. La prueba más elocuente y contundente de ello fue el 18 de octubre pasado. 30 años de apacible hegemonía neoliberal y de precarización de la vida del pueblo, ha sido producto de la engañosa transición. El protagonismo popular en la política no se debió abandonar, pues era el capítulo más coherente con los intereses del pueblo. – ¿Qué ejercicios realiza en el día? ¿Utiliza las herramientas de haber estudiado como profesor de educación física en su vida? – Diariamente realizo una rutina de ejercicios físicos. Flexibilidad, elongamientos y el desarrollo de la capacidad aeróbica son mis prioridades. Mensualmente voy cambiando ese programa de ejercicios. El hecho de ser profesor de educación física, sin duda que ayuda, pero me gradué hace 40 años por lo que siempre me estoy actualizando respecto de los sistemas de entrenamiento físico. Hacer Comentario Cancelar Respuesta Su dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web