Miles, si no es que millones, de videos y transmisiones en vivo han mostrado el estallido social de Chile gracias a celulares que están por todos lados registrando lo que ocurre. Pero, por alguna razón, los “en vivo” de Daianna, comenzó a sumar tanto seguidores que se transformó accidentalmente en una influencer del estallido: desde su celular ha mostrado las protestas y la represión en la población Bonilla de Antofagasta. Así lanzó a la fama -también accidentalmente- a su pololo. Rubén, el Chalaman.

Por Ignacio Araya y Antón Salinas.

Todo es muy confuso al principio: la imagen es vertical, hay un montón de gente detrás de una reja, gritos. El celular se mueve, pero no deja de apuntar hacia lo que probablemente sea algo malo, porque por algo hay tantas personas apretadas ahí, cuando otros están alrededor, soportando los gases lacrimógenos o lanzando piedras hacia abajo, a la comisaría.

“Le dispararon a alguien en el ojo”, dice la mujer que está transmitiendo en vivo lo que está pasando, acercándose a ver qué pasa. La voz de Daianna (25) cambia cuando, por un segundo y medio, graba el rostro de un niño ensangrentado, siendo llevado en brazos por el montón de gente. “¡Ay! ¡Es un cabro chico hueón! ¡Es un niño, es un niño!”, grita ella, con la conmoción propia de alguien que acaba de ver un horror así.

Al chico lo llevan a paso acelerado hacia un auto que arranca de una zona de guerra. Pero Daianna no deja de grabar y camina, aún en shock, medio tambaleante incluso, por una calle donde todos están tan aturdidos por lo que está pasando. Más abajo, alguien de la primera línea, como le llaman a la carne de cañón que se enfrenta a la policía, pareciera que se desgarra gritando. “¡Asesinos conchetumareee!”.

Está nublado, parece que por el gas lacrimógeno. Al otro lado de la pantalla hay miles de personas mirando. Daianna seguirá transmitiendo en vivo durante el día por su página de Facebook. Desde el estallido social, su página comenzó a mostrar videos nada de entretenidos: la represión, las lacrimógenas, y personas heridas durante las protestas en el sector norte de Antofagasta. En vivo y en directo.

EN VIVO

La población Óscar Bonilla es una de las más pobres de Antofagasta, pero es también uno de los “minicentros” de una ciudad que tiene casi 40 kilómetros de costa y donde llegar de extremo a extremo bien gastan hora y media en el transporte público. Hay un supermercado, oficina del Registro Civil, almacenes, sede del Hogar de Cristo utilizada como comedor popular y una comisaría de Carabineros. Aunque paradójicamente tiene el nombre del primer ministro del interior de Augusto Pinochet, la Bonilla -como le dicen- es el escenario permanentemente activo de enfrentamientos entre manifestantes y policías en el norte de Antofagasta.

Cuando Chile vivía el cuarto día de revolución y los analistas se deshacían en el “no lo vimos venir”, en la población Bonilla aparecen las primeras escaramuzas. Era 21 de noviembre. Ese mismo día, Rubén (28), pololo de Daianna, salió a trabajar. Las rutas ya estaban cortadas por las barricadas en la calle. Picado por la curiosidad, el hombre se quedó viendo qué pasaba, hasta que a la media hora se juntó una avalancha de gente: era una marcha que iba hacia el centro.

-Cuando venían de Pérez Canto hacia acá, Carabineros se puso en el medio y no dejó pasar a nadie. Y ahí…

-Ahí empezó todo el enfrentamiento- le completa Daianna.

Los gases lacrimógenos arrasaron con la marcha. En eso, Daianna tomó el celular y creó una transmisión en vivo.

Perdigones en la espalda de Rubén «Chalaman»

-Hubieron muchos disparos, muchos niños heridos. Entonces yo ahí dije ‘no puedo cortar’, porque estaba toda la gente conectada y yo quería mostrar lo que estaba pasando que era fuerte- recuerda la mujer.

La rapidez de las redes sociales hizo lo suyo. Aunque la página con suerte tenía unos treinta seguidores, alguien linkeó el video a las páginas de compraventa como “Feria de las Pulgas Antofagasta”, centros con decenas de miles de ojos a los que les llamó la atención lo que estaba pasando en la Bonilla. Daianna estuvo ocho horas transmitiendo, y lo siguió haciendo al otro día.

A los pocos días, Daianna ya tenía 4.500 seguidores y su pololo, Rubén, ya era parte de la primera línea.

Y EN DIRECTO

El acuerdo es no dar los apellidos ni mucha información. Se saben conocidos por las redes sociales y les han llegado varias amenazas por redes sociales. A veces de perfiles falsos les dicen cosas. O, una vez, que después de un enfrentamiento alguien le escribió a Rubén “la próxima vez te saco un ojo”. Hay temor. Esta entrevista, de hecho, se hace bajo la mirada del padre de Daianna, en una plaza cerca de la avenida Bonilla.

-En realidad yo desconfío de todo el mundo ahora, incluso hasta de ustedes- dice Rubén.

-Me imagino.

-Incluso en toda la trifulca, vemos algún desconocido y nosotros le pedimos el carné y todo, porque igual nos tenemos que cuidar entre nosotros.

Las transmisiones diarias de Daianna comenzaron a agarrar seguidores. Otras páginas también hacían sus propios live, pero los suyos eran tan conocidos que empezaron a ser seguidos por personas de México, Colombia o Argentina. En redes sociales le ponían “el reality de la Bonilla”.

-Hubo algo que les llamó la atención- apunta Daianna intentando explicar el fenómeno de los primeros días- Yo pasaba mucha rabia, pero era algo que está en mi. Porque él (Rubén) es porfiado de verdad, y yo soy muy nerviosa, y me asusto porque él no tiene miedo. Y va al choque, y eso me asustaba a mí, que le pasara algo. Entonces yo me ponía nerviosa a la gente y yo no me daba cuenta de lo que estaba haciendo.

Rubén pasó a ser un personaje dentro de este “reality”. Si uno mira los comentarios, varios le comentan a Daianna por su pareja. “Yapo rubén ponte serio y as caso nos tení mas nerviosa que la xuxa”, le puso Sol Valery. O “Rubén si hacen otro paro nacional anda con zapatillas sipo”, que escribió Gabriel Espinoza. Lo de las zapatillas es una alusión que comenzó en una de esas brutales noches de reporteo, cuando “nació” Chalaman.

CHALAMAN

Chalaman es Rubén.

Pasó una noche, cuando entre el fuego y la refriega con Carabineros, a Rubén lo hirieron en la cara. A pesar de eso, siguió al frente.

-Y Daianna me decía ‘negro, tienes la cara muy hinchada, vamos a la casa, vamos a curarte’ y yo no quería. Como soy porfiado, no quería y ya.

Al final lo convencieron de salir de ahí. Lo llevaron a la iglesia, le pusieron un parche y ya se fue a bañar a su casa. Un pantalón corto y chalas, vestimenta para quedarse dentro. Pero Rubén salió a mirar y todavía estaba la primera línea corriendo de allá para acá. Otra vez se puso la capucha, y salió al frente.

-Y todos me miraban, me decían ‘estai cagao, cómo vai a estar con chalas acá’ y yo les decía ‘déjame tranquilo’

Daianna lo estaba grabando. Le dijo que se fuera a poner zapatillas, pero el hombre, porfiado, no quiso. La gente que estaba viendo el video empezó a tirar la talla sobre su ausencia de zapatos. Ahí quedó como Chalaman. Pasó a engrosar la lista de otros capuchas superhéroes que, aparte del perro Negro Matapacos, le fueron dando simbolismos al movimiento social: Nalcaman, en Puerto Montt -que se disfrazó de nalca, un vegetal de la zona-, o Pareman, un hombre cuyo escudo es un disco pare. Le hicieron hasta una pintura, como una especie de héroe de la revolución, el puño en alto y unas chalas zico.

Ilustración que realizaron vía Twitter.

-Yo trabajo de lunes a lunes. Salgo a las seis de la tarde y lo primero que hago: vengo, mi capucha, y me voy ahí, donde las papas queman- apunta Chalaman.

REPRESIÓN

La cámara de Daianna no alcanza a captar todo. Es Rubén el que siempre anda más adelante -y a veces se pierde, como tiran la talla en redes sociales- pero, desde lejos, ha podido grabar la violencia policial. Rubén dice que vio a seis carabineros pateando a un vecino. Con otros manifestantes fueron allá mismo a hacer que lo soltaran.

Por cierto, dice Chalaman, el vecino quedó con el labio abierto, heridas y seis puntos en la cabeza. Daianna le vuelve a terminar la frase:

-Lo sacaron arrastrando, porque el hombre no daba más.

Rubén dice que son los carabineros los que varias veces han prendido las barricadas, que lanzan ráfagas de disparos y que incluso le robaron un bombo a un chico que tocaba en una banda. En la vereda del frente, donde está la subcomisaría Norte de Antofagasta, Carabineros lo plantea al revés. Que una vez recibieron doce horas de apedreos. Las fotos que se divulgaron mostraban un patio repleto de rocas lanzadas por los manifestantes.

Daianna dice que la rabia de los vecinos contra la policía viene de antes, cuando han visto videos donde lanzan al piso el trabajo de la gente que trabaja en carritos, o las verduras. Esa imagen la tiene grabada en su memoria.

-No sabes cómo han sufrido los niños acá con los balazos. Cómo han llorado y cuando ellos están ahí. Se entiende la rabia que tienen ellos con los pacos.

Está anocheciendo. La entrevista se hace previo a navidad, y entonces, tanto Daianna como Rubén lamentaban que las protestas ya no convocaran a tanta gente como al principio de la revolución. Tenían la esperanza de que la gente siguiera luchando, pero lamentaban que incluso se han agarrado entre los mismos vecinos por diferencias.

Manifestaciones en población Bonilla, Antofagasta

-Los mismos ‘delincuentes’ que llama la gente, ellos mismos están preocupados de sacar las bengalas que tiraban dentro de las casas, ayudando a los vecinos para que no se queme el centro comunitario que está en el Hogar de Cristo. Ustedes ven y todo, aquí no hay ningún almacén saqueado, nada roto- dice Daianna.

Al apagar la grabadora, ya había pasado una semana y parecía que la cosa ya no prendía más. Como que la población se había agotado.

-Si es una estrategia de gobierno, es muy buena. Hizo que la gente se canse- plantea el papá de Daianna, sentado a un costado de la plaza.

LA BONILLA EN PIE

Pero la gente no se cansó. Las convocatorias siguieron, y de lado y lado volvieron también los enfrentamientos en la Bonilla. Mucho ha cambiado en la población. El Registro Civil, incendiado en los primeros días, ya no existe. Solo las ruinas. Unos topes de concreto están en la calle Julio Montt, como protección de la comisaría.

Los videos en vivo, al parecer, no siguieron.  A veces, publica opiniones en su Facebook sobre la situación nacional y cómo se sigue viviendo el estallido social desde una población al norte de Antofagasta. Aún siguen compartiendo sus relatos y Chalaman no ha sido olvidado. De hecho, ya lo han entrevistado en medios como Sputnik.

La noche antes de cerrar esta crónica, el Unimarc que está a media cuadra de la Plaza Bicentenario fue saqueado a más no poder. Las fotos circularon al día siguiente por todos lados. Daianna, enojada, escribió en su Facebook: “Los primera línea de verdad, los manifestantes de verdad, NO ANDAN SAQUEANDO! APROVECHÁNDOSE DE LA SITUACIÓN. SI LES MOLESTA MI COMENTARIO ELIMINENME LO SIENTO ES LO QUE PIENSO”.

En tres horas, Daianna ya tenía 58 comentarios.

 

2 Respuestas

  1. Cari

    Felicitaciones por Daianna, Chalaman y el Reality de la Bonilla artículo, es muy bueno.

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