Aunque el grueso del público puede conocerlo por su faceta como dibujante colaborador de the comic fome, la cabeza de Mr. Paint está ocupada todo el día en la música. Piensa en lo nuevo, colecciona discos, ocupó la cuarentena para escuchar álbumes completos producidos en quizás qué lugar del planeta. Y aunque su banda, Muertos Mutantes, parecía estar más cerca del recuerdo que de los escenarios, el artista adelanta que se están juntando de vez en cuando.

Por María Parker 

Para Gonzalo Morales, Photoshop o Ilustrator no son sus herramientas de preferencia para empezar a tirar líneas, plasmar su humor, arte y concepto en viñetas que a más de alguno nos sacó una que otra sonrisa en el mundo de la internet. El co-fundador de The Comic Fome nos abre los ojos a la experiencia de ser artista a través de Paint bajo el seudónimo de “Mister Paint”.

En esta ocasión nos pusimos en contacto con el autoproclamado Alex Ubago del comic chileno para conocer un poco más de su trayectoria, como Paint ha repercutido y trascendido más allá de solo publicar imágenes en Fotolog y también su pasión desenfrenada por la música y por Pavement.

– ¿Cómo fue adentrarte al mundo de la ilustración y por qué decidiste hacerlo por Paint?
– A decir verdad, yo ni siquiera me considero un ilustrador como tal. Artista sí y, más específicamente, dibujante, pero creo que la ilustración es un oficio que practico poco porque no me acomoda mucho dibujar por encargo. En tal sentido, mi primer acercamiento a publicar mis dibujos en Paint se remonta al 2007. Estaba en el colegio en ese entonces y me hice una cuenta en Fotolog principalmente para relacionarme con mis amigues. Siempre me había gustado la pintura, pero no tenía los medios como para desarrollarlo más en serio así que me propuse generar una experiencia artística con lo mínimo. Así nació Mister Paint. Lo de los cómics pasó varios años después, gracias a que Butzbo me invitó a participar de The Comic Fome cuando el proyecto no era más que una idea del Puklin, lo cual fue mi puerta de entrada para relacionarme con toda una comunidad en torno a la ilustración de la cual sí me siento muy parte.

– ¿Cómo sientes que recepcionó la gente tu contenido gráfico tanto en The Comic Fome, o al punto de llegar a comisionarte (cuando la gente paga para pedir dibujos)?
– En general, siento que la respuesta de la gente siempre ha sido extremadamente positiva. Igual, obvio que hay personas que juzgan el arte por la técnica y la verosimilitud de las formas a las que no les cuadra mucho mi estilo, pero pasa poco y no me afecta en lo más mínimo, no es posible que lo que hago le guste a todo el mundo. Pese a ello, los comentarios de las publicaciones siempre están llenos de halagos y la verdad es que lo agradezco mucho. Supongo que la sencillez de mi estilo y mi forma de describir el mundo ayudan a que la gente se sienta interpelada en algún sentido. Lo de las comisiones fue raro, las abrí en un momento que estaba desesperado por conseguir dinero para terminar otros proyectos y funcionó, pero no quisiera repetirlo. Como decía antes, me resulta incómodo sentir que tengo que estar a la altura de las expectativas de alguien más, así que, de momento al menos, doy por superada esa etapa.

– ¿Tienes algún referente actualmente (que también ilustre en Paint) al que observes su trabajo y digas “oh, la hueá bacán”?
– Honestamente, no jaja. Sí sigo a mucha gente talentosísima a la que admiro mucho, pero no me siento particularmente atraído por el hecho de que ocupen las mismas herramientas que yo. Algo con lo que sí conecto bastante es con la simpleza y la inocencia en la gráfica. Se me vienen a la cabeza referentes como Hillergoodspeed, Molly Fairhurst, Daniel Johnston o algunos ejemplos más locales como la Sofi Garabito y el Dorkraz, entre muchos otros que de seguro se me están olvidando. Ahora bien, también adoro el trabajo de artistas con estilos más sofisticados y cargados a los detalles. En ese aspecto, mi gusto es muy amplio.

DISCOS. Mr. Paint también coverea carátulas de álbumes, como el “Esquemas juveniles” de Javiera Mena, o “Islandia” de Saltador.

-¿Crees que en algún punto de tu carrera tuviste que vivenciar la “autocensura” para llegar a algún tipo de público específico o bien en tus pares?
–Es una buena pregunta y, a decir verdad, no estoy muy seguro. Sé que, dado que puedo darme el lujo de no vivir de esto, no presto particular atención a ampliar mi audiencia y voy dejando que la gente se aproxime a mi obra de manera más o menos orgánica. De hecho, soy extremadamente poco constante en la generación de contenido. Ahora bien, sí considero que el carácter de los temas que toco se ha ido moderando sutilmente con el tiempo, pero no sé si responde necesariamente a la idea de autocensura. Quizás sí, pero creo que tiene que ver sobre todo con evitar conversaciones incómodas con gente con la que me relaciono al margen de las redes digitales. Igual creo que puedo estar exagerando esto último, en realidad creo que tiendo a comunicar lo que quiero mostrar de forma bastante honesta.

–Actualmente, ¿tienes en mente de llevar tu trabajo a un nivel más alto, en volá su remasterizado de Alejo y Valentina o algún libro?
–No realmente. He considerado la opción de hacer animaciones, incluso he realizado algunos prototipos para un proyecto de serie animada de The Comic Fome para la cual nunca hemos conseguido financiamiento, pero es mucha pega para el poco tiempo del que dispongo. Ojalá en el futuro se den las condiciones para hacer algo así, pero por ahora no me quita el sueño. Lo de un libro tampoco lo descarto, pero no me llama mucho la atención, no comparto el juicio de que los soportes físicos sean más valiosos que los digitales, menos tratándose de un trabajo como el mío.

–¿Cómo experimentas la realidad de ser ilustrador aquí en Chile?
–No creo que sea la persona más capacitada para responder esto, pero, en general, lo veo como un trabajo medio ingrato para la cantidad de esfuerzo que requiere. Igual creo que es la realidad de casi cualquier pega sin contrato. Afortunadamente, a mí me toca la mejor parte, porque no le dedico todo mi tiempo y aún así recibo muestras de cariño a cada rato. En ese sentido, se forma una cosa medio romántica, porque es tan difícil dedicarse a la cultura en Chile que la gente que lo logra suele irradiar mucha pasión y eso a ratos se siente bacán, aunque no creo que sea justo.

THE COMIC FOME. Mr. Paint ha colaborado activamente en esta organización y no se define como ilustrador, pero sí como artista.

–¿Sientes que tu trabajo en algún punto de tu vida se ha visto mecanizado, o simplemente sientas que tengas que publicar contenido por compromiso a tu público?
–A veces sí, pero estoy muy pendiente de ello y lo atajo rápido. Como casi nunca he obtenido réditos económicos de mi actividad artística, puedo darme el lujo de no sacrificar mucho por ello y vivir en paz con la idea. Eso limita igual mis espacios creativos, porque de algo tengo que vivir mientras no estoy creando, pero por ahora estoy cómodo con ese sistema de medio tiempo.

–¿Cuál es tu Pokémon favorito?
–Cubone, aunque me gustan varios y de vez en cuando van rotando. Cuando chico mi favorito era Electrode.

–Respecto a tu proyecto Muertos Mutantes, ¿cómo fue el proceso de inserción dentro de la escena nacional?
–Difícil. De hecho, no creo que hayamos ingresado nunca realmente a una escena como tal, salvo quizás por cierto circuito de bandas sanmiguelinas que poco tenían que ver entre sí en términos de propuesta artística. En algún punto le pusimos más ganas gracias a un amigo, el Leo (@bongoleo), que asumió como representante de la banda de pura fe que le tenía al proyecto. Hasta cambiamos el nombre de la banda y sofisticamos un poco el sonido. Ahí publicamos otro álbum bajo el nombre de Cabro y compartimos escenario con hartas bandas que siempre he admirado, pero en la medida que tratábamos de llevar las riendas de nuestras nuevas vidas de adultos, el proyecto se fue enfriando hasta quedar derechamente congelado. Pese a todo, nuestra música llegó a oídos de varias personas que todavía recuerdan esas tocatas con mucho cariño, al igual que nosotros.

MUERTOS MUTANTES. La ex banda de Gonzalo dejó de tocar en vivo, pero se reúnen esporádicamente.

–¿Tenían en mente una idea sonora específica con la cual seguir existiendo, o estaba la posibilidad de reinventarse en el proceso?
–Originalmente, yo estaba obsesionado con tener una banda que mezclara las sensibilidades del powerpop y el indie rock, principalmente porque sentía que era un sonido que se estaba desarrollando poco en Chile por allá por el 2010. Eventualmente, esos géneros se popularizaron harto en la escena nacional entre bandas que tenían más energía que nosotros y un círculo de contactos más robusto, con lo cual fui perdiendo el interés en hacerlo yo mismo y me consagré a disfrutarlo como espectador. Ahora mismo, sigue gustándome mucho ese estilo, pero creo que de hacer música me gustaría llevarlo hacia otras latitudes, más cercanas al folclor, por ejemplo, que creo que deja mucho espacio para explorar todavía. En ese sentido, creo que me gusta suficiente música como para no sentirme limitado nunca a seguir haciendo lo mismo. Me preocupa que lo que haga sea original y ofrezca algo novedoso.

–Simplemente, ¿mató Muertos Mutantes?
–No sé si entiendo bien la pregunta jaja, pero, curiosamente, Muertos Mutantes está cobrando vida de nuevo. Con los miembros de la banda siempre estamos conversando y recientemente acordamos volver a ensayar por primera vez después de años, aunque sea para divertirnos. No creo que volvamos a organizar tocatas, pero creo que estamos muy dispuestos a participar de alguna si es que suscita interés en alguien, ya sin ninguna expectativa de volvernos famosos ni de nada que no sea pasarlo bien. Quizás hasta produzcamos material nuevo. Yo al menos tengo muchísimas canciones guardadas que me gustaría publicar con o sin banda.

–Para los que no te conocen del todo, eres una persona bastante melómana. La otra vez compartiste imágenes de tu colección de discos en Instagram. ¿Cómo nace esta colección, y cual es tu acercamiento a la música?
–La música es lo más importante en mi vida. Todo el día, todos los días, siempre estoy pensando en música. Intento mantenerme lo más atento posible a las novedades locales e internacionales. En pandemia, sobre todo, desarrollé una suerte de régimen de escucha para sobrellevar el encierro que terminó por revelarme que siempre se está publicando música increíble en algún lugar del mundo y que encontrarla es más fácil de lo que parece si se presta la debida atención. No sé en qué momento empecé a coleccionar CDs, creo que se dio de forma natural porque crecí en una época en que todavía era un formato popular. Viví mi adolescencia en un periodo en que reinaba el mp3 y eventualmente me di cuenta de lo pésima que era la calidad del formato, así que desempolvé los pocos CDs que tenía y empecé a comprarme otros, atendiendo también al hecho de que siempre he preferido escuchar los álbumes completos en vez de las canciones sueltas. Es difícil mencionar una inspiración en particular en cuanto a música se refiere, pero los nombres que más se repiten en mi colección son los Beatles, los Prisioneros, Weezer y Pavement. Quisiera tener más de Violeta Parra y el CD de Taller Dejao es mi más buscado a la fecha actual.

OTOÑO. Sus primeros trabajos en Paint fueron publicados en Fotolog, a finales de la década del 2000.

Hacer Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.