La guerra de los dibujos del Chupacabras Bush in Action noviembre 15, 2018 Crónicas Secretas de Antofagasta 7290 Durante años, la figura e imagen del Chupacabras estuvo en la mente de los aterrorizados calameños que veían cómo sus animales amanecían sin una gota de sangre. Muchos lo vieron pero nadie le tomó una foto. La gente empezó a comentarlo, echar a correr el rumor y de ahí, sólo imaginación. Fuimos a ver qué tan auténticas pueden ser las mentiras y verdades sobre esta leyenda en Calama. Por Bryan Saavedra, desde Calama. Ilustración by Ignacio Mandiola El animal está triste y desolado. Espera la muerte, inmóvil, sin fuerzas. El chupasangre hizo su trabajo. No hay rastro. ¡Un crimen perfecto! Un golpe económico a un huaso de Calama. Una leyenda fácil de dibujar y de reflotar de vez en cuando. ¿Un auténtico aporte a la identidad? ¿Los niños se disfrazan de él en el futuro? Todos quieren conocer la leyenda del Chupacabras. Se puede mentir e inventar mucho sobre este ser. Rayas y colores pueden vestirlo con cualquier identidad en estos tiempos. Sin embargo, el terror y la incertidumbre fue real para los habitantes de los sectores La Banda, Ojo de Opache, Chunchuri y los demás alrededores de Calama, donde abundan las parcelas y la vegetación. En abril de 2000 La Estrella del Loa tituló con el Chupacabras. Era la primera evidencia del mito que perduraría con los años. En esos tiempos Juana Espinoza (62) tenía gallinas en su casa del sector Chunchuri, en la salida sur de la ciudad. Recorre el patio, donde solo quedan vestigios de ellas. Entrecierra sus ojos y asiente lentamente, dándole más suspenso al recuerdo: -Yo lo escuché que anduvo por acá una tarde, la gallina se quejaba, así como con dolor. Yo lo vi en forma de mono, como con cabeza de perro, habían distintas formas como de dibujar al Chupacabras. La gente pensaba que los iba a atacar a ellos. Imagínese si vuelve, la gente se va a asustar, sería un caos. Si la gente llegó hasta el extremo de dibujarlo. No sería la única noche de inéditos ruidos y movimientos en la tranquilidad de su prado para Juana. Avanzaba abril y los sucesos se repetían. Cinco ovejas, diez corderos, una vaca, una cabra, hasta 30 muertes en una noche. No hay explicaciones. Las autoridades se preocupan, ordenan investigar: son perros; son humanos; son alienígenas; son experimentos. Se multiplicaban los policías, los periodistas y las dudas. A mitad de abril se habla del Chupacabras, aunque nadie lo vio. ¿Cómo era? -Tenía alas como de murciélago. No te puedo decir que lo vi, pero sí lo sentí en mi gallinero y venía en las tardes. Las garras tenían forma de pata de perros, con uñas grandes, esas características. Era unbicharracofeo,comodelporte de un perro- cuenta la parcelera junto a sus perros, a quienes llama Chupacabras. En un reportaje publicado en El Mercurio de Calama en febrero de 2006, en primera persona, el periodista que cubrió los hechos en esos tiempos, César Rozas, cuenta: -De alguna manera, a esa altura, era imperioso encerrar en un solo concepto un hecho puntual y 100% real: La muerte masiva, silenciosa e intrigante de animales en los corrales del oasis, con perforaciones de tráquea y cervical, notorias a simple vista (…) Aunque la palabra mágica no apareció en las páginas del diario La Estrella del Loa, sino hasta la publicación de una segunda noticia de hallazgo de animales muertos (y una o dos veces en toda la extensión del texto, precisamente a manera de parangón entre episodios similares), prendió como el piloto del calefont. En cuestión de horas, todo el mundo hablaba del Chupacabras como un hecho, no como un mito. Con el bicho en las cabezas, Calama adoptó una especie de mascota que hasta hoy se relaciona con la ciudad. En los cursos de básica, en las capacitaciones, en la calle, en las parcelas, en negocios, en cualquier lugar se toca el tema, incluso a la gente que no es linda le llaman Chupacabras. CHUNCHURI. Juana Espinoza recuerda la época en que el monstruo atacaba a sus gallinas. Hoy ya no viene por acá. Según Cristian Callejas (50), parcelero del sector La Banda (cercano al río Loa), en esos tiempos fue terrible todo este tema. -La gente encontraba sus animalitos muertos. Aquí todos nos acordamos de la operación rastrillo que hicieron los carabineros para ver si lo encontraban. Para mí era un animal no más, porque dicen que fue un experimento científico que tiraron en el Valle de la Luna para ver cómo sobrevivía- relata Callejas. De apariciones, las crónicas de la época cuentan que no sólo pululó en parcelas. También fue visto en el río Loa, en mineras, en la carrera de Chuquicamata a Calama, en Quillagua, en Pica, en zonas aisladas con hombres solitarios que temblaron de terror ante su “presencia”. – Hubo muchas especulaciones, se dice que hay información guardada. Yo me acuerdo que duró hasta como el 2002 el tema. Sería bueno que se sepa la verdad, para que la gente lo conozca, ver de qué se alimenta, sería bueno que salga a la vista de todos, al final de cuenta se va formando como una leyenda- dice Callejas. Le proponemos imaginarse al Chupacabras. “Tipo perro, más grande no más, puede haber sido de color un gris… para mimetizarse en el desierto, el color de la tierra”, responde. CRESTAS ÓSEAS Una persona con más imaginación lo dibujó y escribió un libro sobre él. Se publicó en el 2006. Se trata de Daniel Ramírez Arqueros, un escritor de más de 70 años. En su casa del sector Kamac Mayu muestra los borradores, la figura de porcelana con armazón de alambre que hizo y la máscara del Chupacabras. Dice que se basó en el testimonio de una mujer de apellido Palatino de Centro América, donde empieza todo este cuento. -… con una cresta, cresta duras, óseas, que tenía tres dedos, que tenía patas de cabras, inclinación, que medía un metro veinte, un metro treinta, que se desplazaba y era muy rápido. Y esos dibujos los hago yo basándome en esa descripción y con la del original, porque aparece con otras caras, como de un perro, de un lobo, y que orinaba, que copulaba como los perros, que tenía olor a amoniaco. ESTUDIOS. El Chupacabras ha sido motivo de análisis por muchos estudiosos. Daniel lo dibujó. -Siga describiéndolo por favor. -Okey-mira la gura de reojo y retoma-, de dientes filudos, de ojos que ven en la noche, ojos de gatos, de cresta ósea. Unos lo describen con cola y sin cola, el original es sin cola y uñas largas en los pies. Su color es verde, pero otros le dan otros colores. -¿Y es asexuado, es hembra, macho? -Yo no lo puse sexo, pero aparentemente es asexuado. -¿A qué se asimila más, a una gura paranormal, o a un ser dentro de los animales del planeta? -Hay varias versiones de eso. Una de que este animal aparece de repente y la otra que habría sido una prueba genética de los servicios de la Nasa. Y la verdad de las cosas que acá en Calama era un animal que atacaba a los animales, y le chupaba la sangre. Las versiones internacionales dicen que les servía a los extraterrestres, incluso llegó mucho ufólogo para acá. MÁSCARA. Daniel Ramírez Arqueros es un estudioso del Chupacabras y ha llegado incluso a hacer su propia máscara. -Ah ya si leí que el papá de las gemelas Campos (ufólogo) anduvo opinando sobre el tema… -En otros lugares se usó para desviar la atención de temas políticos, pero en Chile no. Aquí fue una creencia muy arraigada en la gente y la gente de Calama es muy religiosa. Entonces son muy susceptibles a creencias y a guras, es difícil sacarlos de eso. -Viendo su libro noté que está asociado a una gura demoniaca. ¿Lo hizo pensando en eso? -También, pero lo coloco como una teoría de que alguien dijo que esto era un mensaje del demonio, o sea un representante del demonio que vendría llegando a la Tierra. Que es un representante del diablo que viene a avisar algo. Esa es una interpretación religiosa que le dio alguien. -¿Qué le parece que la ciudad, con este hecho, haya alcanzado esta relevancia internacional? -Tal vez hubiese servido un poco para llamar la atención en el turismo, como pasa con el Monstruo del lago Ness, que con una mentira mitológica atrae a muchos turistas. Pero acá no hay muestras, porque nunca fue visto. Habría sido distinto si hubieran hecho lo que hicieron los rusos, que encontraron un perro con fallas genéticas, lo publicitaron y produjeron turismo. -¿Considera que esto del Chupacabras es una leyenda? -Yo creo que sí, porque la gente ya se convenció de que esto es una mitología. En un principio fue muy creyente de esto, porque sus animales aparecían desangrados y el 2003, 2004 desaparece, porque ya se comprueba que eran jaurías de perros. Acá hubo un recurso de protección, por eso tuvo relevancia. En ningún país del mundo la justicia se metió como acá. -Viendo su disfraz, la gura, el tema que me dijo del turismo, ¿le gustaría que en el futuro esto sea de verdad una leyenda de Calama, y que después los niños en Halloween anden de Chupacabras? -Yo anteanoche estuve a punto de hacerlo, quería salir con la máscara el 31 y recibir así a los niños. Si a mí me gusta la broma, el chacoteo, me gustan los niños. Yo pienso que sería un buen indicio, puesto que Calama fue conocido internacionalmente por el Chupacabras, donde intervino hasta la policía, y los tribunales. -Pero nadie ha hecho el disfraz para venderlo. -Alguien puede hacerlo. Puedes leer esta historia de nuevo y muchas más en nuestro papel digital. Hacer Comentario Cancelar Respuesta Su dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web