En un mundo hiperconectado podemos viajar donde queramos con un par de clics. ¿Y cómo pasar este anhelo de la pantalla a la realidad? El gobierno australiano ofrece programas que permiten vivir y trabajar de manera temporal. Cada año miles de jóvenes latinoamericanos se sienten atraídos por esta aventura.

Por Felipe Pérez, desde Melbourne, Australia

Australia. Lo primero que tal vez se nos venga a la mente cuando hablamos de este país son canguros, cocodrilos y otros animales salvajes, pero es mucho más. Australia es un país con alto índice de desarrollo humano, lo que se ve en temas como la seguridad, una economía estable y una moneda fuerte, que hace que sea atractivo como lugar para ahorrar. Con esta idea en mente, cada año miles de jóvenes latinoamericanos aprovechan el convenio Working Holiday de Australia con ciertos países (incluidos Chile, Argentina, Perú y Uruguay) para poder ir a trabajar allá.

Visto en general, es un convenio donde ambas partes ganan: Australia cuenta con un constante flujo de mano de obra, lo que le permite paliar la escasez en ciertas áreas, como la industria agrícola, ganadera y de turismo; y los jóvenes latinos ahorran y acumulan experiencias de vida en el extranjero (muy acorde con qué entiende este segmento de edad como logros de vida).

Para postular, el gobierno pide lo siguiente: tener entre 18 y 30 años, no venir con hijos, tener inglés funcional, tener al menos un título técnico terminado y demostrar solvencia económica (5.000 dólares más pasajes de avión, unos 3 millones al cambio). Filtros para empezar una aventura llena de cambios y adaptación.

Belén, Uruguay, 26 años:
“Estar acá te abre la cabeza”

Belén (26) es de Uruguay, llegó a Australia después de un viaje de ex compañeros de universidad por el Sudeste Asiático y trabaja en un restorán en Magnetic Island, estado de Queensland, famoso por sus playas y paisajes.

¿Cuál fue tu motivación para hacer este viaje?
Una mezcla entre tener una mejor calidad de vida y el de- seo de viajar, en Uruguay el campo laboral del diseño gráfico (lo que estudié) es un poco limitado y la posibilidad de hacer una Working Holiday me iba a abrir otro mundo. Como ese programa es hasta los 30 años, eso me dio el empuje para no seguir posponiéndolo. Llegué en marzo de 2023 y estuve viviendo un mes en un hostel, lo que me voló la cabeza… tanta gente distinta, y era mi primera vez viviendo sola… al tiempo empecé a extrañar, no es fácil hacer amigos acá.

Cuéntanos más acerca de hacer amigos al otro lado del mundo.
No es fácil, tenés el tema del idioma, y además otra cultura… es una experiencia que puede llegar a ser muy solitaria, sobre todo los primeros meses… sin embargo conecté con un grupo de latinos en el hostel, ellos fueron mi soporte, aunque ahora estén todos dispersos.

¿Cuál ha sido tu ruta desde que llegaste a Australia?
Partí llegando a Melbourne viviendo en un hostel, después me cambié de casa y conseguí laburo en un café del centro, donde empecé a hacer de todo, aprendí a hacer café y terminé laburando como barista. Todo bien, disfrutando de la ciudad, pero pasados unos meses pensando en irme. Si querés ex- tender tu visa por un año más, tenés que trabajar 88 días en un área regional, algo más rural y por eso me fui a Tasmania, al sur. Tuve que reinventarme de nuevo… no quería trabajar en farm (granjas) y quería seguir con hospitality (hotelería) por mi experiencia en Melbourne, un mes buscando y nada… pero pude al fin encontrar algo, cumplir las horas y después me devolví a Uruguay para postu- lar a mi segundo año de visa. Me la aprobaron y me fui a Magnetic Island, al norte, me- nos frío. Sigo acá al menos has- ta que termine la temporada.

¿Qué es lo mejor de esta experiencia?
Esta experiencia me ha abierto la cabeza, a mí como uruguaya, al estar uno ganando más que allá me ha enseñado a tener una mejor relación con la plata estando en un lugar diferente, he salido de mi zona de confort y he descubierto que puedo hacer más cosas de las que me creía capaz. El hecho de em- pezar de cero es un pro y este país es muy amable para eso. Australia te permite ser quien vos quieras: elijo hacer algo y se me dan las facilidades para hacerlo, cualquier trabajo te da para vivir, eso sí se necesita tiempo y mucha paciencia.

Por otra parte, ¿qué ha sido lo peor?
La soledad. Se hace necesario un grupo de apoyo acá tan lejos… tenés que estar constantemente reinventándote y a veces da pereza… con eso en la cabeza, tenés que hablar en inglés, rendir en el trabajo, todo el tiempo en movimiento. Además, no tenemos los mismos derechos que un australiano, va a haber situaciones en las que hay que esforzarse el doble. Con esto empecé a valorar los beneficios que tenía como uruguaya sólo por haber nacido ahí, y la fuerza de los migrantes que llegan a mi país, entre ellos varios amigos venezolanos.

Algo que quieras decirle a la gente que está pensando en venir.
Vengan preparados para encontrarse de frente con la naturaleza. Acá hay muchos ani- males y están por todos lados… de hecho, tengo una amiga que siempre está en mi inodoro.

VIAJE SOÑADO. Australia tiene alto desarrollo humano, en seguridad y economía. Miles de latinoamericanos llegan anualmente, como Belén de Uruguay.

Vicente, Chile, 29 años:
“El copete es súper caro”

Vicente (29) es un chico de Chile que llegó a Australia con su pareja para probar algo nue- vo en sus vidas. Trabaja en un restorán en Cairns, estado de Queensland.

¿Cuál fue tu motivación para hacer este viaje?
Mi motivación para venir a Australia tuvo que ver con mi relación de pareja: vivíamos en Santiago y estábamos buscando un lugar para irnos a vivir, estábamos medios dudosos si iba a salir, y un amigo con el que hablaba estaba en Australia y me dio la idea, a él alcanzaba la plata, vivía bien y tenía más tiempo hasta para irse de fiesta. Se lo propuse a mi polola y ella aceptó.

¿Cómo fue tu llegada a Australia?
Tuvimos que hacer un set-up (preparación) como de seis meses, entre ver los pasajes, dar la prueba de inglés, ver qué llevar, ahorrar… Llegamos a Melbourne sin tener mucha investigación, sólo sabíamos que ahí se hacía la Fórmula 1 y queríamos ir. Llegamos en marzo del 2023 y es una ciudad muy linda, con hartos parques y harto verde (me llamó la atención aún sien- do del sur de Chile), transporte público bueno y variado, mu- cho contraste entre la City (el centro) y la periferia, la gente anda con sus teléfonos todos despreocupados por la calle, y el precio del copete… súper caro, unas 10 lucas un six pack de cerveza

¿Cuál ha sido tu ruta desde que llegaste a Australia?
Llegué a Melbourne, donde mi polola consiguió pega altiro en un restorán, a mí me tomó más tiempo y me salió una pega haciendo mudanzas. Vivimos unos meses en una casa con cuatro personas más y ya to- caba irse a extender… con mi polola y dos amigos nos fuimos a Mildura, a hacer farm (granja), donde trabajamos haciendo pruning (poda) en una winery (viña). La pega era podar las vides y cortar lo que no sirve. Todos los días íbamos con nuestra tijera, es una pega súper pesada… trabajas de pie, a todo sol, hartos bichos entre medio, hasta serpientes te pue- des encontrar y los viñedos son interminables… ya al tiempo estábamos cansados, empezamos a buscar por otra parte y no salía nada… le terminamos pagando a una agencia para que nos ayudara… nos cobró 500 dólares, pero nos consiguió una pega en Trafalgar, al otro lado del estado. Era en una granja de berries, donde nos dedicamos al picking (cosecha) de frambuesas, una pega mucho más relajada que la anterior y que nos sirvió para completar los días. Después nos fuimos a Nueva Zelanda de vacaciones, donde aplicamos al segundo año de visa y quedamos. Luego nos vinimos a Cairns, al norte del país, donde me encuentro actualmente.

¿Qué es lo mejor de esta experiencia?
Acá hay gente de todas partes y te haces amigos, aunque en la costa este de Australia además de europeos y locales se ven hartos chilenos y sobre todo argentinos en la misma que uno. Con respecto a las lucas, acá se gana harta plata comparativamente con Chile, aunque los arriendos son carísimos, la comida cuesta casi lo mismo y eso hace que la plata te rinda, con una semana de trabajo puedes comprar un celular último modelo o algo así, si lo comparas con Chile, que hay que ahorrar meses.

Por otra parte, ¿qué ha sido lo peor?
Nunca tienes nada propio ni estable, no echas raíces, los amigos que haces siguen su propio camino y se van y estás siempre metiendo tu vida en una maleta, con lo que no puedes, por ejemplo, comprar cosas para decorar tu casa. Sin embargo, no me arrepiento de haber venido, es una experiencia única y lo vale.

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