Cómo presumir de George Michael sin saber quién chucha es

No es que «probablemente» vaya a pasar. Va a pasar. Ya que este domingo no dieron Manos al Fuego en la tele, todos en tu pega, universidad o módulo penitenciario van a hablar de la muerte de George Michael, un artista de esos que todos son fanáticos cuando se mueren. BUSH IN ACTION te explica cómo zafarse del tema del día y presumir conocimiento de temas que no tienes porqué saber.

Por Estanislao Gonzales, desde Suecia 286.

No hay nada peor que quedar como ahueonao ante el resto. Y tú, desprevenido, ya te diste cuenta que en el inicio de tu Facebook todos están hablando de George Michael, un culiao del que a lo mejor oíste escuchar por tu mamita recordando esos gloriosos años de dictadura imitando el peinado de la Cecilia Bolocco. La ignorancia, en esta época de tanto cientista político y economista de internet, se paga caro.

IMITANDO A BONO. Presumir lo que no se sabe es súper fácil. Es hueá de leer Facebook no más.

NO PUBLIQUES «CARELESS WHISPER». Hay artistas que son básicos para entender el mundo de hoy. Desde tu abuela canuta hasta el Jony, ese primo que nadie entiende por qué no lo han pillado vendiendo mote, sabe quién es Michael Jackson o Elvis Presley. En esa escala, George Michael es nivel Básico-Intermedio. Eso quiere decir que no debería importarte saber quién es si no está muerto. Todos los ahueonaos anoche ya buscaron «Careless Whisper» y dijeron «¡Ahhh! ¡Este tema es suyo!». Ese tema -y casi todos los suyos- probablemente los escuchaste en el topless. Si tiraste esta canción en Facebook acompañado de un «QEPD», pecaste de hueón. Alguien demostrará su profunda y aguda ironía comentando un «XD» dejándote en ridículo, quizás incluso delante de aquella persona con la que deseabas realizar algún día el acto sexual. Y eso son puntos menos, en serio.

AVERIGUA UN DATO RARO DEL HUEÓN. Estás llegando a tu trabajo/universidad tras paro/módulo/puesto de la vega cuando alguien te mete conversa. «Oye, cachaste que George Michael se murió hueón», te dicen. La respuesta más obvia en este caso sería comentar alguna canción de George Michael, pero la mala cuea que justo no te acuerdas de ninguna. La mejor forma de desviar una conversación incómoda es saberse un dato turbio del conchesumadre para llevarla a otro lado y para ello siempre es bueno un poco de Wikipedia antes de salir. Ejemplo: «Si hueón, era re amigo de Elton John, grabaron como dos temas juntos. El Elton John huevió caleta con la canción esa de piano cuando se murió la Princesa Diana. ¿Cachai que fue lo último que pasó por la cabeza de la Princesa Diana? El radiador del auto jajajaja». Y listo. Tu ignorancia se cubrió con un lamentable comentario sobre Lady Di que no va a ser desafortunado a menos que hables con una persona mayor de 35 años, generación la cual idolatraba a una princesa que vivía a 10 mil kilómetros de ahí sin saber exactamente qué chucha le aportó tanto a su vida cotidiana excepto salir en Cosas, Caras, Vea o cualquiera de esas revistas culiás de los noventa.

JUANGA. George Michael en los ricos años ochenta con un fondo de sillón de cuero.

DEMUESTRA QUE SABES MÁS QUE EL RESTO. Esta opción es un poco más arriesgada, porque estamos tomando en cuenta que realmente sabes de George Michael sólo porque plagiaron alguno de sus temas para un comercial corneta. Busca un tema realmente difícil de encontrar y averigua sobre aspectos musicales complementarios pero que sean indebatibles. Por ejemplo, busca en Youtube quién chucha tocaba con él. Publica un tema de Wham! (un dúo que tuvo el George Michael con otro hueón que no vale la pena seguir investigando más) y agregale una frase como «en este discazo colaboró el gran David Austin. Sí, el mismo del tremendo Turn to Gold». ¿Ves? No dijiste absolutamente nada y ni siquiera tenías porqué saber que el David Austin era guitarrista y ésa su única canción. Si te llenas de likes y nadie tiene el tiempo suficiente para rebatirte y dejarte en vergüenza, seguro que el mismo George Michael debe estar muy orgulloso de tí en el infierno o donde se vayan los cienciólogos. No sabemos si a George le gustaba la Cienciología, pero más que seguro que sí.