Venir es fácil, volver no tanto Bush in Action noviembre 11, 2016 Los Nuevos Antofagastinos 3153 A Rodrigo Almengur (28) no le importa venir a hacer plata a Antofagasta, ciudad a la que llegó desde una lejana región de Panamá. Acá no hay sueño americano: sólo se vino a conocer Sudamérica después que se separó de su señora, y entre recuerdos de sus hijos en Costa Rica y un trabajo que pilló en la Avenida Brasil, Rodrigo hace lucas para volver a su querido Paso Canoas. Por Javier Andrónico Panamá se ubica en el sudeste de América Central, a casi cinco mil kilómetros en línea recta de Chile, y en él viven, de acuerdo al censo de este año, poco más de cuatro millones de personas. Como todos los países de dicha región, tiene playas paradisíacas y pareciera que es verano todo el año, ya que Panamá posee un clima tropical, sobre todo en las zonas costeras. Además, hay mucho comercio y grandes tiendas, en las cuales se puede comp rar -tanto para panameños como extranjeros- usando el dólar estadounidense, que es la moneda en curso legal, aunque la oficial se llama Balboa. Pocos la usan, realmente. Desde que Estados Unidos comenzó a tener injerencia -quizás más de lo que se podría tolerar en un país que se dice independiente- dentro de las decisiones de Panamá, hasta la moneda en curso es utilizada por todos. A grandes rasgos parece un país ideal para vivir, pero siempre hay personas inquietas y que desean conocer más allá de sus fronteras. Ese es el caso de Rodrigo Almengur, un panameño de 28 años que llegó solo a Antofagasta hace cuatro meses y que, hasta la fecha, aún no tiene definido cuándo regresará a su país, pero reconoce que lo hará porque para él la familia siempre ha sido muy importante. FAMILIA A principios de año, cuenta Rodrigo, estaba pasando por algunos problemas familiares. Ya llevaba unos pocos años separado con su esposa y sus hijos estaban en Costa Rica, país fronterizo con Panamá. El joven ya había estudiando ciencias informáticas pero su deseo siempre fue incursionar y aprender gastronomía pero, explica, dicha carrera no era muy del agrado de su familia, quienes se dedican al comercio de vestimentas de todo tipo. “Nosotros somos de Paso Canoas, en la provincia de Chiriquí, justo en la frontera con Costa Rica, país que queda a una hora y media y es muy fácil cruzar. Además, muchos somos descendientes de palestinos, por ende, la mayoría de familias se dedican al comercio de ropa y textiles, como la mía (…) Toda mi vida, desde los 10 años, que veía a mis tíos trabajar en sus negocios y fui aprendiendo poco a poco, pero ahora, ya adulto, me surgió la inquietud de conocer más allá de mi frontera”, cuenta Rodrigo Almengur. El joven dice que en la casa de su familia trabajaba una mujer colombiana como asesora del hogar pero sólo estuvo un tiempo, ya que el cambio de divisas no le favorecía para enviar a su país. Sin embargo, el contacto siempre se mantuvo y después “ella me escribió y me dijo que estaba en Chile, específicamente en Antofagasta y ahí fue cuando me pregunté ‘¿toda la vida me la pasaré trabajando acá en Paso Canoas?’. Así que decidí salir de la rutina y, como ella se ofreció a hospedarme cuando llegara, hice un bolso, guardé ropa y dinero para mis gastos y me vine”. Almengur dice que al momento de emprender este viaje ya conocía varios países, pero todos de Centroamérica y algunos europeos que tuvo la oportunidad de visitar con su familia. En cambio, nunca había “bajado” más allá de Colombia. Y el viaje, dice, no lo olvidará jamás, ya que lo hizo por tierra. Desde Paso Canoas hasta la frontera con Colombia fue un día de trayecto y desde ese punto otros seis días hasta Antofagasta. “Me demoré prácticamente una semana, pero era algo que quería hacer porque mi deseo era ver cómo iba cambiando el paisaje terrestre a medida que cruzaba países. Y cuando pisé suelo sudamericano fue un momento fuerte para mí, nunca lo había hecho”. EN ANTOFAGASTA Como Rodrigo pudo traer dinero suficiente para sus gastos, el primer mes lo dedicó sólo a conocer la ciudad y hacer cosas que su familia no le permitía, como ir a discoteques. “Cuando ya pasó el primer mes, un día estaba aburrido en la casa donde estaba hospedado gracias a la señora colombiana amiga de mi familia, así que decidí salir y dar una vuelta. Llegué hasta el Balneario Municipal y luego me regresé por el Parque Brasil cuando vi un aviso en un restorán que decía ‘Se necesita ayudante de cocina’. Ahí pensé ‘esto es lo mío’. Pero yo nunca había trabajado fuera de mi país, así que no tenía idea de qué documentos se requerían”, expresa el panameño. Afortunadamente, explica, la dueña del local al ver la buena disposición de Rodrigo le indicó los trámites que debía realizar para trabajar con un contrato y que tenga todo en regla. Ya lleva más de dos meses trabajando en dicho restorán y se siente pleno, ya que hace lo que siempre le gustó: cocinar, tanto así que está analizando las opciones de estudiar gastronomía en Inacap en un tiempo más. CONTENTO Rodrigo Almengur cumplió sus 28 años acá en Antofagasta, en agosto pasado y explica que antes de devolverse a Panamá le gustaría conocer Argentina. Aunque, de momento, dice que está contento en Chile y que los trámites le han salido fáciles, tanto así que ya cuenta con su cédula de identidad provisoria. “La fecha de regreso a Panamá es incierta aún, pero obviamente me retornaré. Y es que yo no vine a Chile a hacerme millonario, sino a conocer a su gente, su cultura y, como ya estoy en Sudamérica, cómo no voy a visitar Argentina, el cual creo que será mi próximo destino antes de regresar a mi querido Paso Canoas”, relata el joven panameño, lejos de su casa. OPORTUNIDADES Según explica Rodrigo, la conversión de peso chileno a dólar estadounidense -lo utilizado en Panamá- no favorece, pero afirma que la vida allá es mejor y todos tienen las mismas oportunidades. “En Panamá los ejecutivos de empresas como quienes limpian las calles y ganan el sueldo mínimo pueden optar a un crédito hipotecario y tener una casa propia. Allá no son comunes los arriendos porque aunque ganes muy poquito hay casas que puedes comprar”, asegura Rodrigo Almengur. Hacer Comentario Cancelar Respuesta Su dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web