Mientras Antofagasta se levantaba de raja creyéndose la máxima hueá del planeta porque recibía el partido de la Copa América más intrascendente que tenga recuerdo -recuerdo que no tenía desde el 87, cuando por acá pasó también el mundial sub-17-, a quinientos metros del estadio Calvo y Bascuñán, BUSH IN ACTION juntó a dos tipos equis mientras jugaba Paraguay y Jamaica. A uno le dimos de fumar paragua, y al otro cogollo, y los hicimos ver ese partido. Ésta es la historia.

Por Rinaldo Vidal.

Y en realidad era un excusa. Para nuestra suerte el encuentro se dió en la ciudad.

En el remozado estadio regional Calvo y Bascuñán se dieron cita alrededor de 6000 personas, para presenciar un partido que en el papel, no tenía mayor atractivo, pero en el papelillo vaya que sí, y es por eso que al tener clara las fechas de la Copa América a jugarse en Antofagasta, y con la antelación requerida, la producción de Bush in Action haciendo gala de su capacidad de gestión versus sus escuálidos recursos, realizó lo impensable y conjugó los siguientes elementos: 1 departamento, 2 sillas, 1 conexión a Direct TV, 1 televisor, 1 representante del Paraguay, 1 representante de Jamaica, 1 fotógrafo, 1 productor, 1 pito de marihuana prensada y 1 de marihuana natural.

ENROLANDO. Ambos participaron con entusiasmo en nuestra mierda de prueba periodística.

Realizamos el sorteo, el cual fue ganado por el representante del país caribeño, se dió literalmente el pitazo inicial.

Los efectos -al parecer- en los representantes van de la mano con lo visto en el campo de juego, o sea un flojo desempeño, Paraguay reclama sobre la calidad de su producto, Jamaica se ve tranquilo.

A eso del cuarto de hora las acciones van tornándose más interesantes, preguntamos al representante de Paraguay sobre que diablos había en el país, a parte del pájaro campana y el tereré, entre risas nos señala que nos falta mencionar las curvas de Larissa Riquelme, pero que en realidad no hay mucho más, o él no sabe más.

El diálogo con el representante jamaicano es más fluido, el tópico indudablemente va a la música de la ex colonia británica, así la conversación va desde el ska, el rocksteady, el reggae, Bob Marley y toda sus derivados, pero tampoco hay una profundización sobre geografía, política u otras cosas por parte de nuestro eventual embajador.

Estoy pensando seriamente que debí haber ido al estadio, y a ver redactado esta nota, extrayendo obviedades de la wikipedia.

En la cancha, Jamaica se ve mejor. Pero no hay que descuidarse, “Paraguay es Paraguay”.

DROGA. Los retadores se hicieron cagar fumando marihuana.

En el living, cada vez puedo observar más complicado a guaraní, que hace una confesión antipatriota: “hace años que no fumaba uno de estos”. Jamaica no problem; en silencio parece disfrutarlo todo. Dudo que su atención esté en la tele.

Y bueno cayó el gol. Condorazo del portero Kerr permite el gol de Edgard Benítez. En el departamento, el representante albirojo, tira la toalla, no va más, la marihuana prensada ha perdido por goleada. Hay intercambio de fumadas y de camisetas.

El segundo tiempo está de más. Desalojamos a los hinchas. Quisiera abrir una cerveza.

Le comentó al productor lo extraño de todo.

-¡Qué curioso que los tipos hayan asimilado tan bien el acento chileno!, ¿no crees? –

Silencio.

-No me digas que no eran…

Silencio, el producto asienta con la cabeza.

-Supongo que eran descendientes de…

HECHO PICO. Nuestro participante se drogó hasta que ya no paraba de hablar francés.

La cabeza esta vez se mueve en negación.

-Oye conchetumadre por qué no me hablas, ¿te comió la lengua el gato?

Risas, el fotógrafo también se caga de la risa.

Sacan una bolsita de yerba, se lían un cuete y dice que es lo último que les queda… menos mal que ganó la natural.

Esto ha sido una pérdida absoluta de tiempo.

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