Las Olimpiadas de la Droga Bush in Action mayo 17, 2017 Basura, Reportajes 4610 La única forma de juntar a diez personas sin conocerse es en algún panorama divertido o, mejor aún, donde haya marihuana gratis. Bush In Action juntó a un lote de hueones a fumar, comer y beber droga para después someterlos a distintas pruebas. ¿El objetivo? Demostrar que la Digeder estaba puro hueveando cuando hacía campañas de promover el deporte para sacar a los niños de las drogas, cuando perfectamente pueden ir de la mano. Por Estanislao Gonzáles Al principio esto estaba planteado como una investigación. Ver cuánto podía aguantar una persona metiéndose marihuana en el cuerpo en todas sus formas posibles mientras corrían, tiraban penales y respondían preguntas sobre conocimientos de geografía que a uno le pasan en primero básico pero que después nadie re- cuerda. Pero si ya le han hecho tantos estudios a la hueá y un caballero con la camisa media sucia te vende aceite de cannabis en la mitad de la calle, esto no podía ser una investigación. Esto es un desafío deportivo. BUSH IN ACTION reunió a varios jovenzuelos amantes de fumar pitos para evadir su aburrida vida y los agrupó en varios equipos. Cristóbal Olave, Burgos y Daniel Soto, que armaron el Team Solo Weed, Cristóbal “Cris” González, Sebastián “Tata” Villar y Sebastián “Cho” Muñoz, que se hicieron llamar Equipo Drojo, y Steffy, Carlos y Harry el Dragón, quienes se quedaron mirando entre ellos pensando en un nombre. Steffy y Harry se miraban, balbuceaban cualquier cosa, después no dijeron nada. -¡Paren todo!- dijo Carlos tratando de salvar el desastre. -¡EQUIPO GENGAR! Los dos equipos restantes no sabían que hacer ante tanta genialidad. Si Steffy y Harry no se abrazaron llorando de la emoción fue porque había que ser profesionales con tamaño desafío por delante. Se nos ocurrió que si chupaban la leche de marihuana de la mesa ganaban más puntos. (Fotos: Matías Quilodrán). Leche de marihuana Nuestro jefe de Tecnología, Rabindranath Andrónico, quedó de venir de juez. Se demoró toda la semana escribiendo las reglas, huevió hasta el último para poner cada detalle y al final no se dio la molestia ni de contestar el teléfono. Ángel Guzmán, periodista de Finanzas, quedó de juez. La primera prueba va en tomar un vaso de leche con droga molida. La leche parece vómito de vaca. Los tres representantes de cada equipo chocan sus tazas para brindar, con tan mala puntería que media taza chorrea en la mesa. Hay 10 puntos para el que chupe la mesa. Harry el Dragón, en un ataque de inexplicable va- lentía, pasa su lengua por una mesa que horas antes sirvió de cenicero. Después, se toma toda la leche y termina dándole la victoria a su equipo. -Es como tomar agua con pasto procesada- dice Daniel Soto, el crédito de Team Solo Weed que está revisando la despensa de una casa que no es la suya. –Me comí unos ricos fideos con chorizo y hamburguesa. -¿No te da miedo vomitar? -No hueón, si de hecho mi intención es vomitar, así como bilis verde con fideos, huevo, chorizo y hamburguesa y toda esa mierda así -¿Cuál es tu pokemón favorito? -No tengo pokemón favorito. Comieron queques mientras subían un cerro en una prueba llamada el trekking drogadicto. Maratón con drogas Los tres equipos, bajo un sol de mierda –pero no tan mierda como el que sentimos en verano-, bajan la Coviefi para llegar a las Ruinas de Huanchaca, don- de hay un arco abandonado y una cancha de fútbol de tierra donde la gente deberá fumarse tremendo pito y correr dos vueltas. Tenemos un excelente equipo técnico a cargo de Vero, quien se raja con los queques inyecta- dos de droga. Uno, que no cono- ce el mundo droga piensa que los pasteles van a ser verdes o algo así, pero son como manqueques donde se notan hila- chas de marihuana sumergidas en la mezcla. Delicioso. Por cada equipo va un representante y el equipo Gengar, que aún no digiere el hecho de haber ganado la primera prueba, define que Carlos será su carta. Él asegura que corre, que es bueno para correr, y suena el pitazo. Carlos no llega ni a un cuarto de la carrera. No sólo deja la prueba, sino que deja todo. “Me hizo mal la marihuana”, se defiende como si alguien se lo hubiera preguntado, “es que hace tiempo que no fumo”. Era verdad. Cuando BUSH IN ACTION lo fue a dejar a la micro, tomó la 114 y ni le servía. Los otros dos representantes de cada grupo corrieron igual pese a las limitaciones físicas y de lógica, completando la prueba. Burgos sólo iba a atajar penales vestido de Cobreloa. Después terminó uniéndose al Team Solo Weed gracias a la sociabilidad que generan los deportes unidos con la droga. Queques de droga y penales Este periodista, que debía estar tomando atención a los penales, estaba recién bajando por Avenida Argentina dejando a Car- los, que a esta hora quizá donde anda hueviando. Al ser escrita esta crónica un par de meses después de la prueba, y tras una averiguación, nadie se acuerda quien ganó los penales. Lo que sí, es que cuando subieron arriba a la foto de Matías Milodón, los últimos fueron los Gengar. Partieron en la cima y ahora estaban hundidos, pero no tan hundidos como el PRI, ese partido de centro que está en Chile Vamos. ¿A quién re- presentan esos hueones? ¿Qué hueá será ser de centro? Tenemos esa duda que nos carcome. Gimkana y conocimientos A estas alturas, los dos equipos que van restando ya no pueden mucho más. Se les nota cansados y sonríen por puro compromiso cuando la cámara se les acerca. Decimos dos, porque el equipo Gengar desaparece cuando Ha- rry el Dragón decide abandonar la prueba, excusándose que tenía que estudiar para la U. El mejor nombre de equipo se disuelve como el quix en el agua de la loza sucia. Qué mala analogía. Como sea, la siguiente prueba es la gimkana, que a falta de producción se debe hacer sola- mente corriendo por los juegos infantiles y correr hasta la casa de Byron, unos cien metros en to- tal. Ahí debían transformarse en Paloma para concretar la prueba, lo que fue exitoso para ambos equipos. Ante la obsesión del periodista de forzar a que la gente le guste la época de los 90 y su cultura pop, olvidando que muchos de los presentes con raja habían na- cido en esa década, se instalaron tres tipos de pregunta: geografía, pokemón y -obvio-, hueás de la tele de los 90. Daniel era como un recluta de pelotón en todas las pruebas. Se drogó mucho y experimentó felicidad. La ignorancia de los dos equipos preocupa. Muchos de estos niños provienen de colegios tanto esforzados como udis, pero las mierdas ni siquiera saben en qué región está Cauquenes. A nadie, ni en un carrete donde todos se creen sabiondos les puede servir saber que Cauquenes está en la Séptima Región, pero los jugado- res no pueden echarle la culpa a la marihuana de su lamentable falta de interés en conceptos básicos. La educación no está mal, los hueones son los flojos. En el remate, de la década de los 90, (prueba inspirada en “El Tiempo es Oro” que consistía en apostar puntaje) tampoco hay mucha respuesta correcta. Si alguien no sabe cuales eran los animadores de Viva el Lunes quiere decir que los acostaban demasiado temprano. La pelea está pareja en medio de tanto pito y queque de marihuana. Faltaba, eso sí, la prueba final. Extreme pito Se decidió que la prueba final tendría tanta relevancia en la puntuación, que todo el resto que ya se había jugado iba a perder totalmente su valor. Es por ello que la prueba final, de cuánto pito se podían meter de una sola vez, quedó avaluada en mil puntos. Con las últimas fuerzas que les quedaban a los pobres deportistas, los equipos Drojo y Solo Weed se pusieron a entrenar los pulmones para la dramática prueba final. Les entregan los dos pitos. El juez, Byron, se preocupa que ambos elementos estén en igualdad de condiciones para la competencia. Una vez revisado, los prenden. La final de Las Olimpiadas de la Droga. ¡Uno! ¡Dos! ¡Tres…! Y paf, se meten la tremenda humareda al interior de sus cuerpos. Finalmente, el team Drojo resulta ser el ganador de toda esta gran pérdida de tiempo y plata. Felices, los competidores se abrazan y felicitan por el esfuerzo a los jóvenes que obtuvieron el segundo lugar, en una clara muestra del fair play deportivo de la lucha. Como premio por hacerse tanto daño, los ganadores recibieron una linda foto enmarcada del general Au- gusto Pinochet y la señora Lucía Hiriart. Para los perdedores, por la tremenda labor cumplida, se les entregaron unos calcetines sucios. Era lo menos que se merecían. Los ganadores se llevaron un cuadro de Pinochet y la señora Lucía. Llegaron contándole a sus familias que fueron a drogarse y a experimentar felicidad con desconocidos. (Fotos: Matías Quilodrán). El Team Solo Weed se quedó con el segundo lugar y se llevaron un par de calcetines sucios. Equipo Gengar desapareció por fuerza mayor. Hacer Comentario Cancelar Respuesta Su dirección de correo electrónico no será publicada.ComentarioNombre* Email* Sitio Web