El pasado 16 de octubre tuvimos la fortuna de ser partícipes de Road To Primavera, el comienzo de todo lo que respecta la primera vez de Primavera Sound en Chile y, por sobre todo, la primera vez del festival español en Latinoamérica.

Por Gabriel Parker, desde Santiago 

Con una gran variante multitudinarios artistas y un cartel musicalmente diverso, abarcando desde lo más pop alternativo hasta un underground de tocata subterránea, en esta fecha nos acompañó Niños del Cerro, Cat Power, el punk enérgico/ruidoso de Pixies y un rock puro y causto de Jack White.

NIÑOS DEL CERRO. Sin duda uno de los platos nacionales fuertes, con un disco bajo la manga sacado hace un par de días y una puesta en escena que demostraba a una banda que ya había sido parte de Primavera Sound, por allí, un 2018 en Barcelona. La presentación estuvo compuesta por 8 tracks. Esto dejó al descubierto que simplemente podían hacer lo que se les diera la gana; el profesionalismo innato seguiría plasmado en el momento del rasgueo de las quintas y que cualquier movimiento y grito por parte del Simón que se divisara y escuchara desde el escenario seguía significando un show de alta categoría y una experiencia única para quien nunca haya visto y/o experimentado que es ver a Niños del Cerro tocar en vivo.

CAT POWER. Llegamos caminando y medio “levitando” a escuchar a Chan Marshall para la dosis diaria de melancolía. Realmente sin conocer el trabajo detrás de quién es Cat Power, podemos toparnos con una propuesta alternativa media mainstream pero que aun así marca una gran diferencia en la experiencia sonora con un músico contemporáneo actual, por su sutileza, delicadeza vocal y su desplante escénico medio tristón pero aun así reconfortante. Realmente es una artista que supo hacerla, supo encantar y cautivar al publico en un viaje a una reconexión interna.

JACK WHITE. Con un repaso por The White Stripes, Dead Wheather y Racounteurs no había por donde perderse, había para regodiarse, para absolutamente todos los gustos y el elegir que disfrutar, que faceta era la característica del gusto interno por el azul eléctrico, Jack White. Pero claramente, acompañado por un sentido común, donde la gente coincidió en vociferar y entonar al unísono el himno de los 2000’s, Seven Nation Army.

 

PIXIES. La eterna juventud, la imagen viva de que el punk no está muerto, un cover a The Jesus and Mary Chain y un setlist de 3 horas bastó para calificar Pixies como uno de los mejores platos de la noche. No hay nada más que decir y acotar, solo recordar lo que es ver a Pixies en vivo y que cada vez estamos más cerca de no volver a revivir una experiencia de gran calibre como la vivida esa noche en el Movistar Arena.

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