Tras las rejas con celular, ¿cuál es la compañía telefónica preferida por los presos?

El compromiso delictual abre caminos entre el crimen y el mundo exterior mientras el Estado intenta cortar la conexión con inhibidores de señal y penas para quienes ingresen aparatos electrónicos a la cárcel.

Por Bryan Saavedra

Las motivaciones de la población penal para usar celulares van desde la necesidad de comunicarse con su entorno a la comisión de delitos, como estafas y extorsiones, incluso para planificar situaciones de mayor complejidad, representando un riesgo para la seguridad penitenciaria.

A nivel nacional, durante 2023, se incautaron 31.209 aparatos, mientras que, hasta agosto de 2024, van 16.518 celulares. En la región de Antofagasta fueron 1.256 celulares en 2023 y 617 durante 2024. Registros compilados de allanamientos masivos en las unidades penales del país, como también de personas que los ingresan a los recintos o los lanzan desde el exterior, conocidos como peloteros.

Desde Gendarmería de Chile informan estos antecedentes y que estas conductas están relacionadas con internos de mayor compromiso delictual e integrantes de bandas criminales.

“No es que tengan más poder sino más que nada pueden continuar con sus fechorías, esa es la palabra indicada. Ellos tienen muchas opciones de tener videollamadas con sus familiares a través de la implementación que hubo en pandemia en los diferentes penales. Entonces tener un teléfono celular ya es para que ellos puedan mal utilizar ese elemento para cometer sus delitos”, comenta José Echeverría, presidente de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (Anfup) de Calama.

“Ellos tienen todo el tiempo del mundo. Si alguien tuviese un teléfono celular tiene prácticamente todo el día para poder utilizarlo. Eso es algo relativo desde que comienza el desencierro hasta cuando finaliza el día con el encierro. En ese transcurso del día es importante realizar las rondas preventivas para poder responder ante eso y tratar de quitar los elementos tecnológicos que ellos puedan mantener”, complementa.

Entre estoques guardados dentro de mesas, en las rejas de las ventanas, en lugares inimaginables los internos guardan estos aparatos, algunos hasta usan iPhones, como los que son exhibidos tras los operativos de Gendarmería con armas hechizas, chichas y drogas. En uno de los últimos operativos se encontró a un reo portando 600 mil pesos en efectivo en el Complejo Penitenciario de Puerto Montt, donde también hallaron una dosis y una planta de marihuana.

“Gran parte el crimen organizado está comandado desde dentro de las cárceles con un gran poder de comunicación y, por su puesto, de influencia en lo que está pasando afuera de los penales”, dice el diputado José Miguel Castro, quien confía en la implementación de un proyecto enfocado en la cancelación de imei o número de serie del teléfono, la tarjeta sim y el número del teléfono para detener la conexión de bandas organizadas.

El crimen ha enviado señales de organización, como sucedió en junio cuando se llegó a hablar hasta de un motín protagonizado por miembros del Tren de Aragua en el Recinto Penitenciario Especial de Alta Seguridad (Repas), lo que Gendarmería contrasta argumentando con que la situación ocurrida el 6 de junio, y todos los desórdenes e incidentes posteriores, no pueden ser categorizados como un motín, ya que en ningún momento los internos tomaron el control del establecimiento o de un espacio estratégico, como se vio en las imágenes que mostraban cómo eran neutralizados protegiendo al líder Hernán David Landaeta Garlotti, sicario del Tren de Aragua (TDA), alías Satanás.

CELULARES. Incautaciones de chicha, armas hechizas, celulares y drogas.

ESCONDITES. Dentro de mesas, y en lugares inimaginables, los reos ocultan objetos tecnológicos.

Por estos episodios es fundamental el trabajo del Departamento de Inteligencia Penitenciaria de Gendarmería, desde su creación en 2019, desplegado en regiones como Araucanía, Biobío y Tarapacá.

“Hay un salto cualitativo y cuantitativo evidente, que se traduce en una mayor capacidad de levantamiento de información, de procesamiento y de análisis, permitiendo la obtención de resultados relevantes, por ejemplo, para desbaratar operaciones delictuales, incluso más allá de los recintos penitenciarios. Nuestro objetivo es anticipar y minimizar la ocurrencia de situaciones complejas”, informan desde la institución sobre el rol de este departamento.

INHIBIDORES DE SEÑAL

Las formas de ingreso más comunes de estos aparatos van desde visitas ordinarias, encomiendas y lanzamientos del exterior, pese a los controles. También se han detectado ingresos a través de trabajadores externos, abogados y gendarmes.

A partir de la penalización de la tenencia de estos aparatos, dejando de ser una falta administrativa con la ley 21.594, que otorga penas carcelarias al ingreso y tenencia de teléfonos y accesorios tecnológicos, a nivel nacional en lo que va de 2024, Gendarmería ha denunciado a 2.489 internos al Ministerio Público.

Otro mecanismo para enfrentar la continuidad del crimen y que sigan subiendo contenido a la red desde la prisión, son los inhibidores de señales que, desde marzo a junio de este año, han bloqueado 11.000 celulares, 15.100 chips y 1.000 modems wifi, ya que también los internos pagan planes de internet a vecinos de las cárceles para conectarse a internet. Estos aparatos fueron instalados en tres establecimientos penales (Centro de Detención Preventiva Santiago I, Centro de Detención Preventiva Santiago Sur y Recinto Penitenciario Especial de Alta Seguridad), alcanzando el 20% del total nacional de la población penal. Proyecto que se extenderá a los CP Arica, CCP Copiapó, CCP Colina I, CCP Colina II, CDP Puente Alto, CP Valparaíso, CCP Temuco, CP Valdivia y CP Puerto Montt.

Pese a que el proyecto de inhibidores de señal recibió críticas, sobre todo al principio de su puesta en marcha, seguirá implementándose y es algo en lo que creen parlamentarios como el diputado José Miguel Castro, quien evalúa el rol de las compañías telefónicas en el tema.

“Las compañías dan conectividad, pero dan conectividad a la gente, no le dan conectividad a presos. Le dan conectividad, en el fondo, a aparatos que pueden ser ingresados. El problema en ese sentido, no lo tienen las telcos, lo tienen las personas que ingresan esta clase de elementos que no deberían estar dentro, número uno. Y segundo, cuando les entregan, por ejemplo, señal wifi de una casa. Si esa casa está cometiendo un delito con ese wifi, bueno, eso es lo importante, que sea un delito. Pero no es culpa de la telco que le entregue (internet) a una persona que está dentro de la cárcel”, explica Castro.

Las compañías Entel, WOM y Movistar fueron contactadas para este reportaje, pero declinaron participar, al igual que Subtel y Chiletelcos. En resumen, las compañías consideran que no tienen injerencia en definir dónde pueden usarse los celulares y que es algo que escapa de sus atribuciones.

A nivel interno Gendarmería denunció, durante 2023, a alrededor de 20 funcionarios por diversos delitos y el año pasado también se registraron 13 evasiones al sistema penitenciario: 10 desde el interior de algún recinto penitenciario y tres fueron fugas externas a un centro carcelario con una población penal promedio de más de 55 mil personas.

El trabajo de inteligencia de Gendarmería es esencial, debido a que este año cárceles de Arica, Calama y Santiago se han visto vinculadas al uso de explosivos para intentos de fuga. Esto preocupa a José Echeverría de la Anfup, quien considera que el trabajo de la policía fue excepcional ya que “lograron a tiempo descubrir este plan bastante macabro que pretendían realizar acá en la unidad”.

¿Y cuál sería la compañía telefónica que prefieren los presos? Echeverría concluye: “Me imagino que ocuparán las compañías más baratas, como son prepago, las que tenga más minutos o más gigas en este caso”.

CARCÉL DE ANTOFAGASTA. Durante 2023 se incautaron 1.256 celulares en la región de Antofagasta.

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